Protocolos para Empresas de Formación
Es una realidad que nuestro sistema normativo obliga a las empresas a que se auto regulen, siendo esta vía, la única que puede probar frente a terceros (jueces, inspección, administración, etc.) que la empresa ha depositado todos sus esfuerzos en evitar que una situación concreta suceda, y por ende, ha implementado las medidas de prevención necesarias para que esa situación no ocurra.
Las empresas de formación deben de tomar medidas de prevención para evitar posibles consecuencias jurídicas y además deben de reflejarlas por escrito, puesto que lo que no está escrito “no existe”.
La manera de crear normativa interna para dotar a la empresa de formación de seguridad jurídica y empaque, es mediante la redacción y aplicación de protocolos.
Estos protocolos pueden servimos para una infinidad de funciones, desde regular como se realiza la administración de medicamentos a menores de edad en una academia de refuerzo de la actividad lectiva, a regular la relación empresa-trabajador mediante la aplicación de códigos éticos o de conducta.
La cantidad de protocolos que se pueden implementar dependen de la seguridad jurídica de que la empresa quiera disponer.
Los protocolos establecidos por escrito e implementados en la normativa interna de se han convertido en la única herramienta de eximir la responsabilidad de las empresas de formación. No solo dan una seguridad jurídica imprescindible, sino que además aportan empaque y orden interno.
Para el desarrollo de esos protocolos, su aplicación e implantación en la empresa formadora, es necesario contar con profesionales especializados en el sector educativo y que conozcan la realidad y el día a día del sector.
También es fundamental formar al personal del centro, para la ejecución de dichos protocolos, ya que el objetivo es regularizar todas aquellas posibles situaciones que pudieran producirse y generar un problema, y con el protocolo establecemos soluciones a esos posibles problemas, realizando un trabajo de prevención y seguridad jurídica imprescindibles.
Por todo ello, cualquier empresa que opere dentro de sector educativo y de la formación debe de disponer de una serie de protocolos básicos, adaptados a su realidad y a su modelo de trabajo.
De entre los protocolos más recurrentes en las empresas de formación podemos nombrar: Administración de medicamentos, plataformas TIC, acoso escolar, maltrato infantil, padres separados o divorciados, códigos éticos o de conducta, administración, salud, comunicación, propiedad intelectual, etc.