Las Escuelas de Negocios son centros que ofrecen formación especializada para insertarse en el mercado laboral o prosperar en la carrera profesional. Su filosofía las ha convertido en una opción cada vez más popular entre estudiantes de educación superior, ya que presentan importantes ventajas sobre los planes formativos tradicionales.
Cómo funciona una Escuela de Negocios
Las Escuelas de Negocios son instituciones formativas de educación superior donde se diseñan planes de formación altamente especializados. Los campos a los que suelen dedicarse tienen que ver con la operativa empresarial, destacando:
- Administración de Empresas (MBA).
- Dirección de Empresas.
- Finanzas.
- Contabilidad.
- Estrategia empresarial.
- Economía.
- Gestión y Dirección.
- Turismo.
Estos centros docentes pueden ser autónomos o formar parte de otras organizaciones. Por ejemplo, la mayoría de las Universidades cuenta con Institutos y Escuelas orientadas a estos campos.
La particularidad de las Escuelas de Negocios radica en que sus planes de estudios pretenden satisfacer las necesidades inmediatas del tejido empresarial. Esto brinda a sus alumnos no solo una formación muy práctica sino también un acercamiento al mundo de la empresa y a su operativa real.
El perfil del estudiante de las Escuelas de Negocios
Los estudiantes de las Escuelas de Negocios suelen ser graduados, diplomados o licenciados universitarios. Esto se debe a que la formación ofrecida en estas empresas es ideal para complementar los conocimientos generalistas adquiridos en la Universidad.
Además, en muchos casos se trata de directivos o cargos medios de compañías que ya se encuentran en activo. Y es que estos programas formativos son vías idóneas para:
- Por parte de la empresa, retener el talento y especializar a los miembros más valiosos de su plantilla.
- Y por parte del estudiante, especializarse en su sector y promocionar en su carrera profesional.
No se puede olvidar que el tipo de estudiantes que acude a las Escuelas de Negocios genera un ambiente muy favorable a estos objetivos. Así, los alumnos conocerán a otros especialistas del sector, realizando una tarea de networking muy valiosa para su futuro profesional.
También cabe recordar que aproximadamente el 25 % del alumnado procede de terceros países, por lo que la colaboración con estudiantes extranjeros se convierte en un puente hacia la internacionalización profesional del alumno.
Gracias a la diversidad de perfiles y procedencias, el estudiante de un centro de formación empresarial se integra en un entorno que fomenta la colaboración sectorial e internacional.
Los títulos de la Escuela de Negocios
En general, los títulos expedidos por estas Escuelas no son oficiales. Esto significa que no han pasado por el proceso de verificación y certificación de la ANECA, como explicamos en nuestro artículo sobre la materia.
Sin embargo, estos títulos propios tienen un elevado prestigio (incluso a nivel internacional), y existen diversos sistemas de certificación para garantizar la calidad de la enseñanza de estos centros.
Por ejemplo, tres de las acreditaciones más prestigiosas a nivel global son:
- AACSB (Association to Advance Collegiate Schools of Business).
- AMBA (Asociación de MBA).
- EQUIS (EFMD Sistema de Mejora de Calidad).
También existen numerosas asociaciones de Escuelas de Negocios, donde diferentes instituciones coordinan sus programas formativos y trabajan para mejorar sus modelos pedagógicos.
En resumen, aunque los títulos de las Escuelas de Negocios no estén reconocidos por el Estado, cuentan con un amplio respaldo en el sector empresarial, gracias al prestigio del Centro y a las instituciones de certificación y mejora de la calidad.
El papel del profesorado
Una de las características reseñables de la forma de trabajo de los Centros de Negocios tiene que ver con su profesorado. Estos centros incorporan a su equipo docente profesionales destacados del sector.
Es decir, los docentes no tienen por qué ser académicos de profesión, como ocurre en las Universidades o en la formación tradicional. De hecho, parte del valor añadido de la enseñanza deriva de los diversos orígenes (nacionales y profesionales) del equipo docente.
Esto supone una mayor rotación del profesorado y una actualización constante del material formativo. Además, permite compartir perspectivas novedosas y enriquecedoras.
Por supuesto, un profesorado basado en profesionales necesita adaptar sus recursos pedagógicos. Y en este sentido los casos prácticos ganan terreno a las clases magistrales.
Así, el alumno no es un mero receptor del mensaje del maestro, sino que participa activamente en la adquisición de nuevas competencias. Esto facilita la interacción del grupo, creando vínculos entre los alumnos pero también con los profesores.
Lo cual presenta una ventaja añadida: dado que el profesor pertenece al sector empresarial para el cual se está formando el alumno, la Escuela de Negocios se convierte en una cantera de primera para captar nuevos talentos.
Probablemente los alumnos sobresalientes reciban una oferta de trabajo o colaboración antes siquiera de finalizar el curso. En todo caso, esto implica una mayor empleabilidad del alumnado.
En resumen, el diseño de programas formativos desde perspectivas no estrictamente académicas y la introducción de expertos en las actividades docentes revierte en una formación más práctica y actualizada y en una mayor facilidad para desarrollarse profesionalmente.
La importancia del marketing en las Escuelas de Negocios
Otra de las ventajas de esta formación es su vertiente comercial. Como resulta razonable, una Escuela de Negocios no respaldada oficialmente tiene que ser capaz de promocionar sus servicios y prestigio de forma efectiva.
Esto tiene un primer impacto en el estudiante, que aprende a desarrollar su marca personal desde el primer momento. Por supuesto, saber “vender” sus habilidades resulta fundamental para desarrollar una carrera profesional de éxito.
Pero también tiene un impacto sobre el sector al que van orientadas las capacidades desarrolladas. Y es que los departamentos de recursos humanos de cada compañía, en su búsqueda constante del talento, son receptores de la estrategia de marketing y comunicación de la escuela.
Lo cual facilitará que la formación recibida en la misma se valore positivamente, facilitando la empleabilidad de los candidatos que se presenten con el título de la Escuela de Negocios.
¿Me interesa estudiar en una Escuela de Negocios?
Evidentemente, la elección de un centro formativo es una cuestión muy personal. Depende de los objetivos del estudiante, pero también de sus expectativas y sus recursos (tanto temporales como económicos).
Conforme a lo expuesto, las Escuelas de Negocios presentan dos desventajas respecto a otras formas de educación:
- En principio son más caras que los cursos ofertados en Universidades Públicas.
- Además, sus títulos propios carecen de respaldo oficial, lo que implica ciertos inconvenientes de cara al empleo público y la financiación pública.
Sin embargo, sus beneficios compensan sobradamente estas desventajas, siempre que lo que busque el alumno sea especializarse en su sector.
- Los contenidos curriculares son muy prácticos y actualizados, primando las necesidades del mercado a los conocimientos académicos.
- Así, el alumno saldrá de la Escuela de Negocios tras haber estudiado numerosos casos prácticos. Por tanto, tendencialmente estará preparado para enfrentarse a los retos empresariales del mercado real.
- Además, en muchas ocasiones se le facilitará o exigirá la realización de prácticas empresariales. En ellas pondrá a prueba sus habilidades y las perfeccionará para poder aplicarlas a su profesión.
- Suponen una ocasión única para establecer contactos. En este sentido destaca:
- La oportunidad de realizar networking, tanto con los compañeros como con los profesores y con otros profesionales.
- El sistema “alumni”, común en este tipo de modelo educativo, que implica una serie de ventajas para los antiguos alumnos de la Escuela.
- Además, suelen conllevar un incremento de la empleabilidad que actualmente no tiene parangón en otras instituciones formativas.
- La propia Escuela de Negocios se encarga de facilitar la contratación de sus alumnos, invirtiendo gran parte de su presupuesto y esfuerzos en ello.
- Pero también el profesorado suele participar activamente en esta tarea de contratación, empleando el aula como una fuente de talento.
Por supuesto, si el alumno busca una formación generalista u orientada a la investigación o el academicismo, es probable que otro tipo de centros puedan satisfacer mejor sus necesidades. En cualquier otro caso, las Escuelas de Negocios son una buenísima opción para obtener formación especializada en el ámbito profesional.
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